Composición con rojo, amarillo y azul Piet Mondrian

Ubicación
Tate Modern (Londres)
Dimensiones
51 x 51 cm
Fecha
1930
Soporte
Óleo sobre lienzo

Sonia Casal Valencia
Doctoranda en Historia del Arte y Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte Español
Esta obra muestra una serie de líneas verticales y horizontales de color negro, del mismo grosor, pero de longitudes diferentes que crean un entramado de celdas de formas cuadrangulares y rectangulares.
Algunas de estas secciones se dejan en blanco mientras que otras se rellenan con los colores negro, azul, amarillo y rojo, destacando el gran cuadrado de este último color que se encuentra en el centro.
En este tipo de obras no existe una interpretación cerrada porque el propio artista no quiere crear nada en particular sino seguir sus propias ideas, realizando una pintura en dos dimensiones evitando cualquier tipo de sensación de profundidad o perspectiva que vendría dada por la inclusión de líneas curvas o diagonales.
El resultado es un cuadro que, a pesar de no ser simétrico, sí está perfectamente equilibrado, donde color, forma y disposición están estudiados según un perfecto orden mental.
Quizás influenciado por las rectas y largas avenidas y manzanas neoyorkinas, Mondrian supone una revolución en el mundo del arte y, especialmente, de la arquitectura en los años venideros.
Piet Mondrian nace en 1872 en Ámsterdam convirtiéndose en maestro de educación primaria al mismo tiempo que practicaba la pintura. En estos años finales del siglo XIX sus obras se podrían tildar como naturalistas o impresionistas pero a medida que fue entrando el siglo XX se vio influenciado por las vanguardias del momento como el fauvismo o el cubismo.
En 1915 conoció a Van Doesburg junto con quien fundó, dos años más tarde, el grupo De Stijl, un movimiento artístico que pretendía la integración de las artes partiendo del cubismo para llegar a una abstracción geométrica pura, basada en líneas y formas como el cuadrado o el rectángulo alejándose, por tanto, de todo naturalismo y elementos figurativos.
De esta forma, Mondrian crea en 1917 una vanguardia conocida como Neoplasticismo la cual busca eliminar todo lo superfluo para alcanzar lo elemental y esencial reduciendo sus creaciones a líneas verticales y horizontales y a los colores primarios junto con el negro y el blanco. El Neoplasticismo defiende que la naturaleza es de una regularidad absoluta y que, por tanto, mediante estas obras, se busca la representación visual de la armonía.
Pese a que muchos consideran esta manifestación artística como extremadamente simple y ampliamente parodiable, lo cierto es que tras el Neoplasticismo se esconde una teoría filosófica de raíz neoplatónica que rechaza la realidad material en favor de otra más superior y espiritual.
Así, en su pintura, Mondrian, como miembro activo de la Sociedad Teosófica holandesa, seguirá el principio marcado por Schoenmaekers en su ensayo de 1915 donde advertía que la nueva imagen del mundo era la siguiente:
"Los dos extremos absolutos fundamentales que conforman nuestro planeta son: la línea de fuerza horizontal, es decir, la trayectoria de la Tierra alrededor del Sol, y el movimiento vertical y profundamente espacial de los rayos que tiene su origen en el centro del sol. Los tres colores principales son el amarillo, el azul y el rojo. No existen más colores que ellos".