
José María de Juan
Fundador de Tourme
Amores escondidos: Gustavo Adolfo Bécquer y Julia Espín
La relación entre Gustavo Adolfo Bécquer y Julia Espín fue un romance marcado por la clandestinidad y el misterio, que se convirtió en una leyenda en torno a la figura de Bécquer.
Gustavo Adolfo Bécquer fue uno de los poetas y escritores más importantes del Romanticismo español, conocido por su poesía lírica y por sus Leyendas, una colección de relatos sobrenaturales y de misterio. Por otro lado, Julia Espín fue una mujer desconocida para el gran público, pero que ocupó un lugar importante en la vida de Bécquer y que, en cierta forma, contribuyó a su leyenda.
Julia Espín nació en Sevilla en 1839 y se trasladó a Madrid a los 17 años para trabajar como institutriz en la casa del general Leopoldo O'Donnell, uno de los políticos más influyentes de la época. En esa casa conoció a Gustavo Adolfo Bécquer, que había sido contratado para escribir unos panegíricos sobre O'Donnell.
Según algunas fuentes, Bécquer y Julia comenzaron una relación amorosa que duró varios años. Sin embargo, poco se sabe sobre esta relación y son pocas las cartas y documentos que han sobrevivido. Lo que sí se sabe es que Julia fue una fuente de inspiración para Bécquer, que le dedicó algunos de sus poemas más famosos, como "El beso" y "La rosa de pasión".
Pero esta relación estuvo marcada por el misterio y la clandestinidad. Por un lado, Bécquer estaba casado con Casta Esteban y, aunque su matrimonio estaba roto desde hace tiempo, seguía siendo un impedimento para formalizar su relación con Julia. Por otro lado, Julia era una mujer humilde y sin recursos, que no podía aspirar a formar parte de la alta sociedad madrileña.
A pesar de estos obstáculos, la relación entre Bécquer y Julia continuó durante varios años, hasta que en 1867 Julia enfermó de tuberculosis y tuvo que trasladarse a Granada para recibir tratamiento médico. Bécquer la acompañó en este viaje y estuvo a su lado hasta el final, cuando Julia falleció el 27 de diciembre de ese mismo año.
La muerte de Julia Espín sumió a Bécquer en una profunda depresión y, según algunos testimonios, fue uno de los motivos que le llevó a abandonar Madrid y trasladarse a Toledo en busca de inspiración y soledad. La figura de Julia, que había sido una fuente de inspiración para su poesía, se convirtió en una leyenda en torno a la figura de Bécquer, un amor imposible y misterioso que ha sido objeto de numerosas especulaciones y leyendas.
